“El diseño de futuros nos permite abordar problemáticas más complejas. Cómo sería comer en una nave espacial sin gravedad, compartir una comida en un entorno diferente”.
Laura Novik
Entonces, surgen otras maneras de entender el futuro como elemento moldeable donde el diseño participativo invita a imaginar futuros prometedores, inclusivos e integradores.
Desde esta perspectiva, el papel del diseñador se desarrolla atravesado por una dimensión interdisciplinaria, por un lado, y coparticipativa, por otro.
“La técnica de visionar futuros tiene que ver con algo muy propositivo en el sentido de trabajar con las tendencias previendo aquello que en la sociedad empieza a surgir como deseos y necesidades y, a partir de eso, ofrecer escenarios proyectuales”, explica Analía Cervini. La diseñadora industrial especializada en diseño de futuros se despega de la prospectiva, aquello que es lo más factible o posible, para hacer hincapié realmente en lo deseable, más allá incluso del grado de factibilidad.
“Casi el 80% de las decisiones de diseño influyen en el impacto de la obra en el ambiente.”
Analía Cervini
“Cuando hablamos de sensorialidad en el espacio interior es ofrecer diversidad de estímulos a nuestra experiencia ergonómica y biológica con el ambiente”.
Analía Cervini
Bienestar a largo plazo
El diseño de futuros se nutre de procesos como el Design Thinking (herramientas y técnicas que, utilizadas en las diversas fases del proceso creativo, ayudan a descubrir los insights, ayudan a seguir un hilo conductor y potencian la creatividad y el análisis), entre otros.
“Surge a mediados del siglo pasado en Francia para superar las situaciones complejas de la posguerra y reflexionar en torno a la capacidad de pensar en futuros posibles, plausibles y deseables”, define Novik. E invita al mundo del diseño a interactuar con otros instrumentos y bases teóricas, filosóficas: “Podemos pensar una silla o una mesa más, con un cambio de color, o reflexionar cómo se da el ritual de comer. Lo cual nos permite abordar problemáticas más complejas. Cómo sería comer en una nave espacial sin gravedad, compartir una comida en un entorno diferente”.
Los escenarios deseados se plantean hacia el mediano y largo plazo, más que en lo inmediato. Las primeras prácticas de diseño de futuros vienen de la industria automotriz, en las décadas del 40 o 50, por la necesidad de proyectar objetos tan complejos como un automóvil. Explica Cervini que se iniciaron prácticas que tenían que ver con prever necesidades y deseos futuros de movilidad de las personas, y se incorpora el punto de vista del usuario: “Además de hacer un proceso más interactivo, con prototipos o simulaciones, se comunican las propuestas de estas visiones para generar la discusión y crear consensos”.
En el sentido más amplio, en los escenarios futuros cobra total protagonismo el bienestar físico y psicológico, más allá de tendencias estéticas, relacionado con los rituales, la sensorialidad, la relación con la naturaleza. También con la tecnología.
Para Cervini, “el concepto de bienestar llegó para quedarse” y la pandemia “aceleró un proceso que se venía dando” a partir de poder trabajar en cualquier ámbito. “Ya hay categorías de productos que son para el home office, que están diseñados desde situaciones más de dar placer, de bienestar. Algunos en realidad empiezan a ser gadgets”, compara.
Estas nuevas categorías también tienen que ver con personalizar, respondiendo a la necesidad de expresar identidad que, para Cervini “es primaria y va a seguir estando”; y también ofrecer multiplicidad de estímulos. “Cuando hablamos de sensorialidad en el espacio interior es ofrecer diversidad de estímulos a nuestra experiencia ergonómica y biológica con el ambiente y también para que la identidad y expresión sea original”, define.
A su vez, esperamos experiencias donde el desafío es “no caer en la banalidad, en la experiencia tematizada, sino hacer espacios de valor, originales, el diseño es la herramienta”.
“El mundo virtual tiene otra perspectiva, una libertad que da pocas restricciones en términos de estilo, super atractiva para la arquitectura porque amplía el límite en lo que puede llegar la forma”.
Laura Novik
Material versus virtual
Las categorías de espacios interiores se ampliaron a tal punto que el metaverso, paradójicamente, es una realidad. Por un lado, como plantea Cervini, “diseñar hoy un espacio interior nos exige pensar no solo en las funciones que van a ocurrir o la conformación familiar diversa, sino fundamentalmente también el tiempo en que la persona va a tener un vínculo con ese lugar, que puede ser toda su vida o un día”.
Por otro lado, los entornos virtuales son cada vez más sofisticados. “El metaverso se siente como una extensión de vida cotidiana”, señala Novik, embarcada en un proyecto en Chile en el que asesora a una empresa en la exploración sobre cómo sería un centro comercial en el metaverso (y allí se reúnen para imaginarlo). “Como un nuevo ‘lejano oeste’, en el metaverso cualquier pionero puede armar su propia historia”, compara.
En ese sentido, Novik insta a los diseñadores a subirse a ese mundo virtual donde no existe la gravedad ni las limitaciones (materiales, estructurales o de costos). “Esto tiene otra perspectiva, esa libertad da pocas restricciones en términos de estilo, super atractiva para la arquitectura porque amplía el límite en lo que puede llegar la forma”, alienta.
Volviendo a la realidad, la elección de materiales por parte de un proyectista está regida por la capacidad de ofrecer a las personas una diversidad de estímulos; pero hoy más que nunca pesa la ética en relación a los aspectos ambientales. “Casi el 80% de las decisiones de diseño influyen en el impacto de la obra en el ambiente. “La técnica de visionar futuros tiene que ver con algo muy propositivo en el sentido de trabajar con las tendencias previendo aquello que en la sociedad empieza a surgir como deseos y necesidades y, a partir de eso, ofrecer escenarios proyectuales”,En el momento en que los diseñadores tomamos decisiones tenemos un poder enorme en la mano”, cierra Cervini.
*Laura Novik
Directora Laboratorio Futuros en la Universidad Atlántida (Mar del Plata). Profesora de prospectiva y tendencias de diseño en la Universidad de San Andrés. Titular de Blink Design, en Chile.
*Analía Cervini
Diseñadora Industrial especialista en diseño de innovación y escenarios futuros. Directora de la agencia Total Tool Buenos Aires, con base en Milán. Coordinadora de innovación de la Fundación Empretec. Gerente operativa del CMD y de Industrias Creativas del GCBA.