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Memoria descriptiva
En las grandes ciudades, la densidad de población debería propiciar una mayor interacción social, pero, paradójicamente, muchas veces esto no sucede. A menudo, las personas que residen en áreas urbanas desconocen a sus propios vecinos, lo que dificulta la creación de comunidades sólidas. Por el contrario, en los pueblos pequeños, las relaciones interpersonales suelen ser más estrechas, lo que fomenta la cooperación y la convivencia.
Partiendo de esta premisa, nuestro objetivo al diseñar este espacio fue crear un ambiente acogedor que promueva la interacción entre las personas. Nos propusimos construir un lugar que invite a quedarse y relacionarse con los demás, en lugar de ser simplemente un área de paso. Imaginamos un espacio que brinde calma, claridad y armonía, donde las personas se sientan atraídas a conversar y compartir experiencias.
Nuestra propuesta se materializa en un diseño que simboliza la transición de la vida urbana agitada a un ambiente más sereno y relajante. Al ingresar al espacio, nos sumergimos en un túnel oscuro que representa el bullicio de la ciudad, donde las personas están inmersas en sus propias preocupaciones y el tiempo parece ser un recurso escaso. Sin embargo, al atravesar este túnel, emergemos en un espacio lleno de luz y claridad, que invita a la relajación, la conexión y el disfrute compartido.
En cuanto a la selección de materiales, optamos por combinar elementos esenciales y funcionales para lograr un ambiente sobrio, pero a la vez cálido y sofisticado. Nos esforzamos por crear un entorno que refleje nuestra visión de un espacio donde las personas puedan sentirse bienvenidas y cómodas, propiciando así la interacción y la construcción de relaciones significativas.