El diseño refleja la pausa, la adaptación del espacio en la vida contemporánea de la urbanidad; es vivir en la ciudad, con sus ritmos y reposos; representa al colegio en su tarea profesional y acompañando a su comunidad en los momentos de distensión; es la confluencia, en la vorágine de la metrópoli y del movimiento, del trabajo y el ocio. Un lugar, que genera espacio de encuentro y de introspección, espacio de libre apropiación y de soporte de uso, para meditar, contemplar y detenerse. Es descontracturado. Logrado con estética moderna, fusiona elementos naturales, como la madera y el verde, generando una conexión emocional con el ambiente e incorporando materiales reciclados,  transformados en elementos sofisticados y de vanguardia, en una convivencia propia de la urbanidad. Recomponiendo la trama urbana y su descomposición, en su volumetría. El diseño se centra en una grada, que convoca a la reunión en comunidad, como elemento unificador y dinamizador del espacio, fomentando múltiples maneras de ser y estar. Asimismo, convoca al uso del individuo para la relajación y contemplación. Las envolventes representan esta idea de diversidad, adaptándose tanto en verticales como horizontales. Este espacio, es una reinterpretación actual de la forma de habitar la ciudad donde la funcionalidad, la innovación y la conexión con la naturaleza se fusionan para generar una experiencia única de convivencia y bienestar.