Este espacio exterior del edificio Residencias del Lago presentaba dos fuertes limitaciones: dimensiones reducidas y una proporción muy alargada y angosta. En cuanto a las condiciones para la vegetación, se trataba de un ambiente que no tiene pleno sol ni está reparado del viento. Como respuesta, el autor buscó generar un fuelle entre el edificio geométrico y su entorno orgánico de lago y naturaleza.

La propuesta paisajística incorpora formas curvas, texturas y diferentes tonalidades de verde. Las plantas elegidas se adaptan bien a las condiciones del espacio. Son especies de tipo subtropical, que se relacionan con el ambiente exterior de Puertos, pero se diferencian de la propuesta paisajística general en la que abundan las herbáceas y gramíneas. Las macetas resaltan por sobre la linealidad espacial y material del edificio, son de hormigón pintado de negro y presentan variedad de siluetas y alturas. Completan el conjunto las piezas de mobiliario que son a su vez los elementos artísticos del espacio. Dos sillones curvos de concreto se integran con su materialidad y color a los demás elementos del balcón, uno mantiene la tonalidad del hormigón de las paredes y el otro se pintó de negro.